Desamparo

Imagen de Ralf en Pixabay

La soledad es como un virus que me acecha,
me rodea como un ejército sitiante,
me ahoga, me quita el aire.
Mi cuerpo ya está herido por sus golpes.

Miro y solo veo paredes vacías,
sombras que ni siquiera existen.
Me lleno de vacío, de angustia;
el cortisol me está matando, fiel compañero de esta soledad.

¿Hasta cuándo durará tu reinado? ¿Hasta cuándo seré tu prisionero?
Ya no sé de noticias ni me importan los mensajes, porque nadie escribe.
Estoy cansado de ver notificaciones de nadie.

El humano es mi deseo, hablar y que les guste es mi placer.
Pero solo discuto conmigo, hago planes solo conmigo.
Los domingos son la muerte más solitaria y dolorosa que existe,
sin rescate, nadie sabe si respiro o no.

¿Qué pasó para que el terror de la vida viniera sobre mí?
¿Por qué no puedo cambiarlo? Nada me llena, nada es nada.
No sé cuánto podrá soportar mi organismo tal masacre.

Me da igual el dinero, la casa, el auto;
ellos no me dicen "buenos días, mi amor, ¿dormiste bien?"

Compañía... es una palabra que me queda grande.
Ya no califico para ella, no califico para nada.
Sobra, se nota.

Desamparo es mi nombre.