Concurso: Mi Persona Especial
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Para mí es verdaderamente difícil seleccionar una o tres personas como especiales, y lo digo, porque dentro del radio de acción de mi proyecto de vida, tengo familiares, amigos, compañero de estudios y laborales, maravillosos, que me acompañan por un camino lleno de flores, pero también de espinas. Juntos hemos aprendido a disfrutar el olor, color y textura de las primeras, evitando las últimas.
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Pero si para cumplir las reglas en el concurso de la Comunidad RECREATIVE STEEM, debo seleccionar solo 3 personas, consideradas por mí como "ESPECIALES", pues comenzaré con:
Mi cuarto hermano de sangre: Andrés Eduardo. El menor de todos mis hermanos consanguíneos. Nació cuando yo tenía 19 años de edad. Mi mamá quedó afectada de la presión arterial después del parto, y me pidió que me encargara de "Andresito" (llamado así por cariño) mientras ella se recuperaba. Ella se estabilizó, pero yo igual seguí cuidando y protegiendo a mi hermanito más chiquito.
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Durante 17 años me ocupé de una parte de su alimentación, vestimenta, estudios, y recreación, hasta que él comenzó a trabajar (sin dejar de estudiar). Se especializó en el área de la tecnología, se convirtió en un experto manipulando hardware y software, creando y editando audiovisuales, y en la manipulación del programa de edición Photoshop. Con él yo aprendí todo lo que ahora sé.
Lamentablemente mi hermanito querido, ya no se encuentra entre mi familia de manera presencial, porque hace casi 10 años, falleció en medio de una situación inesperada. Apenas tenía 28 años. Sin embargo, con una mezcla de alegría y tristeza a la vez, en la actualidad puedo decir con orgullo y satisfacción, que aún siendo mi hermano menor, fue un ejemplo a seguir para mí. ¡Es una razón poderosa para considerarlo una persona especial para mí!
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Ahora continuaré con Sara. Ella es mi mamá biológica. Pero, además de ser mi madre, es mi amiga, mi compañera, mi confidente, mi guía y orientadora, la que me da abrazos cuando me siento abatido, me da palmaditas en el hombro en señal de apoyo, me aconseja con sabias palabras, me da mi "tatequieto" de vez en cuando, me regaña si es preciso, entre un largo “etc”.
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Mi mamá fue pieza clave durante mi convalecencia con el cáncer. Recuerdo que cuando le dije (estando en Caracas, Distrito Capital, Venezuela), que me llevara a mi pueblo, y mi casa, para morir en paz (me sentía muy mal con la enfermedad), ella me dijo firmemente:
¡Hijo! si tú te mueres, contigo me muero yo. Lucha y no te rindas; y para donde a tí te lleven, yo estaré a tu lado, nunca te abandonaré.
Y resulta que así fue, Sara me cumplió. Yo "aguanté el palo de agua" y sobreviví al cáncer. Han pasado 17 años y seguimos juntos, madre e hijo, junto con una hermana y mis sobrinos (obvio, hija y nietos de mi mamá). Por cierto, durante mi tratamiento con quimioterapias, ella pasó mucho trabajo, al acompañarme a cualquier lugar. ¡Para mí por tanto, es una persona muy especial!
Finalmente, selecciono a mi papá biológico: Marcos Amalio. Él se destacó por ser una persona que leía mucho, era autodidacta, y su capacidad intelectiva era alta. Sus conocimientos infinitos, y de paso, era inventor. Estudió para ser radiotécnico, reparaba televisores, radios, y todo lo que fuera electrónico. A todo le buscaba solución. Era diestro para contar chistes.
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Papá y yo, no éramos afines, nos parecíamos mucho físicamente y en el carácter, y siempre teníamos desencuentros, pero cuando uno necesitaba del otro, no nos fallábamos jamás. Él también se caracterizó por su desempeño en el ámbito de la política. Durante años trabajo con diferentes políticos (valga lo redundante) y lo hizo con honestidad y éxitos.
Durante mi situación de salud con el cáncer o mejor dicho, situación de enfermedad, mi papá fue pieza fundamental en todo el proceso. Recuerdo la oportunidad que le pedí a mí mamá me llevara a mi casa y pueblo para morir cerca de todos mis seres queridos, el estando presente me dijo con firmeza:
¡Jesús! si si te llevamos para la casa y el pueblo como tú quieres, entonces te vas a morir, y no queremos que te vayas. Lucha, y yo siempre estaré a tu lado, y para mí serás como un niñito, aunque tengas 50 años, y yo 80.
Curiosamente, él falleció a los 80 años y yo tenía 55. Lastimosamente, el COVID-19 o Coronavirus le afectó con gravedad los pulmones y no resistió. Sin embargo, sabía que se ausentaría de este plano espiritual y se despidió de todos los que le quisimos, respetamos y permanecimos a su lado, hasta el final.
¡Caramba! Este concurso me ha permitido hacer catarsis, al dedicar un poco de mi tiempo a tres seres queridos: mi hermano Andrés Eduardo, y mi papá Marcos Amalio (ausentes) y mi mamá Sara Josefina (presente). Ellos y ella, sin duda alguna, son una representación del amor, el afecto y la consideración familiar, al igual que de todos los consanguíneos, amigos y compañeros de estudios y trabajo, no mencionados aquí (sorry).
Dinámicas digitales como esta, son las que engrandecen la razón de ser de la tecnología blockchain y de Steemit Blog, y de igual forma de la comunidad Recreative Steem, porque conllevan a una zona de encuentros y reencuentros, permitiendo la fluidez de pensamientos, sentimientos y emociones. Por tanto, celebro hoy y siempre, este tipo de iniciativas virtuales. ¡Enhorabuena!
Para finalizar, invito a participar en este concurso, a los siguientes steemers: @alexandergudino, @paholags y @rosmarycar91... porque yo sé que sobre este tema tienen mucho que referir. ¡Aprovecho para enviar saludos!
¡Hasta pronto!
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