Lo primero que impresiona es el silencio. Bogotá es una ciudad muy ruidosa, el tráfico es infernal, el ritmo de vida es muy rápido, todos andan apurados, con una carrera contra el tiempo, es la realidad, recorrer esos mismos 23 km dentro de la ciudad, en carro, podría tomarte horas, en vista de que el tráfico es un caos, en fin, el silencio y la tranquilidad en Sibaté, que es este pueblo del que les hablo, es impresionante.

Lógicamente, las personas se contagian de esa realidad, y todos son más tranquilos, más confiados incluso, hablan más calmado, todo es más llevadero, y el tráfino, ni hablar, las calles son más o menos solitarias, aunque si hay un paso vehicular elevado, sobre todo de camiones, porque es una zona agrícola, pero aún así, es un sitio muy tranquilo.

Particularmente no sabía que estaba ahí en esa localidad una escuela de policías, es grande, asumo que para aprovechar el amplio espacio de terreno que tienen, para los entrenamientos y esas cosas.

También hay muchas granjas, tanto de ganado como de aves, por estar distante de la ciudad, supongo que es bastante óptima para ello, ya que sabemos que criar animales, sobre todo de manera masiva, tiende a generar muchos olores, propios de los desechos biológicos, normal je je je

_{De mi autoría, captada con mi teléfono Redmi Note 13}

Pero lo que quería contrastar con la ciudad es la tranquilidad absoluta, el silencio, y todo como afecta a las personas que viven en un espacio con esa paz, y los que vivimos en un sitio con un ritmo acelerado, eso se nota incluso en la personalidad.

Quería compartir esta experiencia con ustedes, me despido, que esten todos muy bien.

_{Twitter | Instagram | Discord | Youtube | Telegram: @josevas217}