El 2024, me ha permitido vivir muchos momentos importantes en la vida, donde he reído y también llorando, pero cada uno de ellos me permitió reflexionar. Porque los propósitos pueden ser diferentes, muchas veces caemos en errores, por no meditar en la acción que realizamos.
El día 10 de febrero, un grupo de hermanos de la iglesia a donde asisto organizaron una salida para una piscina con el propósito de recoger fondos para mejorar el campamento de nuestra iglesia donde nos reunimos en la temporada de Semana Santa.
Ese día, después de disfrutar de un ambiente divertido con mis hermanos en Cristo y la compañía de mis familiares que también gozaron de esta actividad. Entramos a casa de una vieja amiga que tenía muchos años sin abrazar.
Aunque nos detuvimos por un momento, fue algo maravilloso donde las dos nos sentimos llenas de felicidad, de vernos y darnos la mano después de tanto tiempo.
En esta experiencia aprendí que cuando la amistad es sincera, aunque no se vean a diario, el cariño es el mismo.
Este fue un pequeño viaje, el 31 de agosto, aunque corto pero muy divertido. Mi salida con mi hermana Liliana siempre es hacer cualquier compra o diligencia, pero en este día quise salir con ella y con sus nietos para que disfrutaran de un ambiente diferente.
Así que cruzamos el puente que divide nuestro estado del estado Guárico y nos fuimos a dar una vuelta en nuestro vehículo para que ellos conocieran diferentes lugares turísticos de ese estado.
Como era temporada de invierno, había varios lugares con agua donde la gente se bañaba y salía a disfrutar. Esta fotografía la tomamos en el puente "Gorrin", aquí los niños estaban emocionados, tanto así que me llegaron a decir: tía, queremos pescar, pero no íbamos preparados para eso.
Esta experiencia me hizo meditar en que no todo es trabajar, que siempre debemos de hacer un espacio para disfrutar con los pequeños de la casa.
El pasado 19 de octubre, cumplí uno de mis sueños que tanto anhelaba y deseaba cumplir junto a mi familia. Deseaba tanto ir a la playa en compañía de mis nietos, así que después de recibir parte de mi recompensa de trabajo durante más de dos años logré hacer este sueño realidad.
Este día fue maravilloso porque ver a mis niños jugando en la arena y disfrutando de ese ambiente maravilloso como es el mar. La brisa fresca de este ambiente natural y hermoso que transmite paz y felicidad.
Cada esfuerzo que realizamos en la vida tiene su valor, que con el tiempo, recibiremos la recompensa que merecemos por nuestro trabajo y dedicación.
Las cosas grandes y maravillosas llegan a su momento. Solamente debemos confiar en que Dios y saber esperar, el momento preciso para disfrutar.
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Todas las fotografías fueron tomadas con mi teléfono Redmi 10 C. Portada Editada Con La Aplicación GridArt.