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Concurso de Arte y Escritura #120 / El corte necesario

9 comments

robertorrivas
57
6 days agoSteemit3 min read

Hola mis estimados amigos digitales de la plataforma.
Gracias a la amiga @solperez por proponer este tema sobre pinturas de Anna Ancher, que nos motiva a jugar con la imaginación a partir de una imagen. Tratemos de sacar nuestra vena escritora en este interesante ejercicio.

También quiero invitar a @norat23 @sojib1996 y @marito74 para que se unan a esta dinámica. Seguramente redactarán un cuento reflexivo y emotivo.

El corte necesario

El pequeño Simón Andrés tenía seis años recién cumplidos y acababa de perder su primer diente. Era de familia mantuana. Sus jóvenes padres habían llegado de Europa a las Américas buscando una oportunidad para expandir la firma comercial de la familia paterna, estableciéndose en la zona céntrica de la Caracas colonial.
En el nuevo hogar tuvieron a sus dos hijos: Bárbara del Carmen y Simón Andrés. Bárbara era apenas dos años mayor, pero muy madura y colaboradora con los oficios del hogar y con los cuidados de su hermano menor

Anna_Ancher_-_Hos_Haarskaereren,_Skagen.jpg

El corte necesario

La mañana en la que el pequeño Simón Andrés perdió su diente, se sintió muy triste, no sabía lo que estaba sucediendo y pensó trágicamente que su cuerpo se estaba desmoronado poco a poco. Eso le aterraba.
-A mí ya se me cayeron tres dientes, no debes ser tan cobarde -le dijo su hermana.
-Pero como sé yo si me van a salir de nuevo o no. Sin mis dientes no puedo comer, y si no puedo comer me puedo morir. Los animales se mueren si no comen -respondió el pequeño.
Estaba triste, confundido y abrumado. Era solo un diente, pero en su mundo era el inicio de un trágico final.
La mamá intervino para recomendarles una posibilidad.
-¿Qué tal si le preguntamos a Don Artemio? Él todo lo sabe y todo lo resuelve.
Los niños estuvieron de acuerdo en consultarle, sobre todo porque eso significaba ir a su casa, comer las polvorosas que hacía su esposa, Doña Francisca, y jugar entre los árboles frutales que tenía en su patio.
Dor Artemio era un vecino que desde que la joven pareja llegó al continente, los acogió con una familiaridad paternal. Se había convertido en el abuelo que los niños no habían llegado a conocer todavía, y era un referente de inteligencia, paciencia y sabiduría criolla.
Explicada la situación, Don Artemio señaló que el caso era muy fácil de resolver.
-Necesitamos hacerte un corte de cabello mágico, para que en un par de días, un diente nuevo crezca en la ventanita que dejó el otro.
El pequeño Simón Andrés abrió los ojos como naranjas y la madre, a sabiendas de que de verdad su hijo necesitaba un corte de cabello, sonrió con complicidad y asintió dando permiso al viejo sabio para que “procediera con el tratamiento”.
-Es primera vez que me hacen un corte mágico, espero que funcione -dijo optimista el pequeño.
-No te preocupes, en unos días tendrás un diente fuerte y sano -respondió el pícaro Don Artemio buscando las tijeras y poniendo manos a la obra.

Gracias por llegar hasta aquí.
Te invito a que me dejes tu comentario.
Para conocer un poco más de mí, aquí te dejo mi presentación

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