Concurso de Arte y Escritura #94
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Eclipse de sol: un día al Museo de las Ceras
Los que más asustó a los alumnos fue un esqueleto acostado en el suelo, a lado de la mesa, además de las estatuas sin cabeza. Les recordaban las películas de terror que veían con cierta frecuencia, obviamente nada aptas para niños y para los grandes tampoco. Por causa de ellas, tenían pesadillas a menudo.
—Es demasiado—, decían. Y se largaron para otro cuarto, sin ventana ni mirador, pero nada excéntrico. Sin embargo, Mariano no tenía ni una pizca de miedo. No veía películas de terror, pues sus padres se las prohibían. Entonces sabía que un esqueleto, en su antaño, había sido un ser humano como él. Y los hombres sin cabeza solo eran estatuas de cera. No tenían manera de hacerle daño. Entonces avanzó hacia el mirador del Cuarto del Capitán y se asomó. El eclipse fue todo un espectáculo. Más tarde, solamente Mariano pudo escribir una redacción para la escuela sobre esa maravilla. Como siempre, sacó una nota alta. Fue un diez. Los compañeros que siempre le tomaban el pelo, nadando en sus futilidades, mal consiguieron la aprobación para el siguiente grado.
Veinte años después, Mariano se convirtió en capitán de buque y en sus ratos libres siempre estudiaba los fenómenos astronómicos.
Invito a participar a mi amigo @ibesso porque adora escribir historias.
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