La conducta social es una particularidad que debemos cuidar constantemente, ya que de esas acciones depende que la convivencia transcurra en orden. En vista de esto, hoy me complace unirme a la dinámica que auspicia nuestra amiga @damisvilladiego donde los podemos enaltecer. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.
Expresar nuestros sentimientos es una acción que nos ayuda a estimular nuestras emociones y, aunque ellos forman parte de las necesidades fisiológicas que nos caracterizan, siempre necesitaremos agentes externos que permitan su oportuno y constante florecimiento.
Ahora bien, a pesar de que generalmente los valores son asociados con reglas sociales, es indispensable tener en cuenta que estos también son sentimientos, ya que algunos de ellos nos impulsan a compartir nuestras emociones hacia alguien e incluso, somos más afables con nosotros mismos.
Por lo anteriormente revelado podemos comprender que, la compasión es un valor que se acopla perfectamente a una regla social y, la acción que estimula de manera positiva un sentimiento de nobleza que nos impulsa a ser filantrópicos con la o las personas que estén necesitando de nuestra mano amiga porque viven una situación que les impide tener tranquilidad y, ese apoyo que brindamos a través de nuestra empatía, les aporta el bienestar que necesitan para poder canalizar las soluciones.
La compasión es un valor que aflora en nosotros las acciones humanísticas, siendo esto un factor indispensable para alguien que por alguna u otra razón no encuentra el sosiego que le permitirá comprender que, aunque el cielo esté gris, siempre habrá alguien a su lado que le facilitará un color para iluminar o alegrar esa tonalidad oscura, porque en medio de la adversidad, también hay soluciones.
En este mundo moderno, la compasión es un valor que está muy fracturado y, en lo personal, me preocupa ver esta realidad, porque soy partidaria de creer que una de las maneras que tenemos para construir una sociedad noble, es siendo compasivos. Partiendo de lo importante que es ejercer este valor, con frecuencia me gusta reflexionar en cómo me sentiría si estuviera en el lugar de alguien que está sufriendo y, gracias a esta reflexión concluyo en que, todos estamos capacitados para ayudar al que necesita de nosotros, ya que el sentimiento de la empatía y bondad, forma parte de nosotros.
Tengamos en cuenta que, la compasión también es sinónimo de consciencia y, cuando hacemos parte de nosotros este valor, no le damos lugar a juzgar al necesitado o, simplemente a cerrarle la puerta, ya que una persona compasiva puede actuar como un agente vitamínico que le transmite paz al que está sumergido en un mal sentimiento.
La vida por esencia natural es muy dura y compleja, pero si hacemos lo elemental para estimular en nosotros al igual que en nuestro entorno el valor de la compasión, vamos a tener la oportunidad de rescatarlo y, gracias a esta agradable acción la convivencia social va a ser armónica, porque todos nos formaremos como personas que tienen disposición de ser bondadosas; particularidad que sin duda alguna se convierte en un gran acto de amor.