39º Concurso sobre Valores. / "La Obediencia"

  La edición N°39 del concurso de valores está en vigencia y, me complace decir presente porque en esta temporada vamos a hablar de La obediencia. Sin más preámbulo, comienzo con mi participación.

  En el contexto social, nuestra sociedad está en su momento más comprometedor porque los valores que explican cuáles son las normativas que nos educan a ser buenos ciudadanos, cada día se fracturan más y una sociedad sin estos principios; es sinónimo de un caos constante.

  Aunque todos los valores están fracturados por igual, en esta ocasión solamente me enfocaré en uno que quedó impreso en mí desde la infancia, porque de una manera elocuente e incluso, dinámica; tuve la oportunidad de comenzar a comprender su función e importancia. Este valor sin duda alguna es La obediencia.

  Siendo una infante me dispuse a ver la película infantil Pinocho y, a medida de que avanzaba la trama veía con mucha suspicacia lo que le sucedía al personaje principal por no ser obediente acotando que, esto fue tan resonante y sorprendente para mí que; cuando terminó la producción le pregunté a mi papá qué era la obediencia y por qué a Pinocho le costó tanto obedecerle a su abuelo si el quería que fuera un niño educado y bueno con todos.

  Partiendo de estas interrogantes que tenía, mi papá me explicó que la obediencia es el comportamiento que debo accionar después de que alguien me haya dado una institución. Como ejemplo me dió cuando la profesora me explicaba cuáles eran las tareas que debía hacer y al realizarlas estaba siendo una niña obediente.

  Desde la explicación que compartió mi papá conmigo en ese momento y lo que vi en Pinocho, comencé a ser una persona atenta a las instrucciones que alguien más me podía dar porque, comprendí que de esa manera iba a evitar involucrarme en problemas. Les confieso que para mí fue muy divertido cumplir directrices desde pequeña y hoy día pienso que gracias a esa educación obediente que tuve, mi personalidad se desarrolló con un pensamiento sistemático, ya que me cuesta mucho no mantener el orden que nos puede garantizar un comportamiento obediente.

  Analizando con detenimiento este valor en la actualidad pienso que, la manera idónea que nos puede ayudar a rescatarlo es educando desde la premisa de seguir instrucciones de esas figuras de autoridad que siempre se presentan ante nosotros y, esto hay que aplicarlo en todas las edades con la misma rigurosidad.

  En la vida todo se rige por reglas y si queremos hacer las cosas bien, debemos seguirlas. Sé que a veces nos venden a la obediencia como una acción que ejecutan los débiles, pero esto no es así; ser obediente garantiza que nuestra convivencia social e individual sea buena. De igual manera, este valor normal permite desarrollar habilidades y a su vez, fortalece nuestros conocimientos porque a medida que seguimos las directrices que nos imparten, adquirimos hábitos que favorecen nuestra evolución general en este mágico contexto social.

¡Muchas gracias por leer mi publicación!