Hola a todos.
Esta es mi participación en el Concurso de Arte y Escritura que recibimos cada semana de parte de @solperez.
Antes de seguir, quiero invitar a @shadow04, a @natanael15 y a @eudisdiaz.
El señor Fredrik Ancher conoció a Johanna cuando ella apenas tenía catorce años. Era amigo cercano de sus padres y, aunque aunque siempre había pasado desapercibida a sus ojos, una vez - luego de una prolongada ausencia en un viaje al nuevo mundo - notó que ella ya tenía características de mujer. Fredrik no la había reconocido por lo que cuando un grupo de chicas la llamó por su nombre sus recuerdos vagos la identificaron como la hija única de sus amigos.
Con algo de vergüenza, el hombre la estuvo cortejando sin darse cuenta de que la joven no quería tener nada que ver con él ni como amigo ni como pareja.
Ancher fue a visitar a sus padres para pedir su mano. Éstos no dudaron en dársela. Cuando Johanna volvió de verse con sus amigas se encontró con la noticia.
A finales de ese mes el apellido de la chica cambió y poco tiempo después se convirtió en madre primeriza. Dos hermosos niños, hembra y varón, fueron el fruto de ese contrato forzado.
Años después, Fredrik volvía del trabajo. En su mente ya se había hecho la imagen de lo que vería al llegar a casa: los dos niños chillando y jugando a su alrededor y Johanna sirviendo la comida y siendo la hermosa y sumisa esposa que se ganó por derecho propio.
Al cruzar el umbral de la casa no sintió el olor de la cena, pero sí escuchó a los niños llorando porque tenían hambre. Los dos infantes se quejaron de que su madre salió con un hombre y no volvió antes del atardecer.
Fredrik preguntó a sus hijos por la apariencia del hombre. El más joven le dio una descripción que sólo sirvió para que Fredrik se hiciera una imagen mental de él, pero no para reconocerlo entre sus vecinos ni poder dar con él.
A partir de entonces, Fredrik se encargó solo de sus hijos quienes no dejaban de preguntarle por el paradero de su mamá. El anciano no sabía qué responderles.
Con el paso de los días Fredrik se acostumbró a hacerse cargo de ellos y a soportar las miradas lastimeras de los vecinos.