Gracias por el concurso @franyeligonzalez
El sol se apagó de golpe, sumiendo al mundo en una oscuridad helada. La tierra, ya castigada por la sobreexplotación y el cambio climático, comenzó a resquebrajarse. Las ciudades se desplomaron bajo el peso de su propia decadencia, mientras la gente luchaba por sobrevivir en un panorama desolador.
En un rincón olvidado de lo que alguna vez fue una bulliciosa metrópoli, un hombre, Elias, miraba el horizonte. La electricidad había dejado de fluir hace semanas, y el agua potable era un lujo que solo unos pocos podían permitirse. La gente ya no se atrevía a salir de noche, temerosa de lo que el silencio ocultaba en las sombras. Monstruos nacidos de la desesperación, criaturas deformes que alguna vez fueron humanos, vagaban por las ruinas.
Elias había perdido a su familia cuando la enfermedad arrasó la población. Ahora, su única compañía era un perro mestizo llamado Lupa, que se mantenía cerca, siempre alerta. Juntos recorrían las ruinas en busca de provisiones, sorteando las trampas de los saqueadores y los infectados.
En el último refugio subterráneo, un grupo de sobrevivientes intentaba mantenerse con vida. Allí, se hablaba de la "luz que regresará", un mito transmitido entre las generaciones, un sueño de que la humanidad podría renacer si encontraba lo que quedó de la vieja tecnología. Pero Elias ya no creía en mitos. Su fe estaba en el presente, en la lucha por cada día, por cada respiro.
El viento comenzó a soplar fuerte, trayendo consigo la nieve de un invierno eterno. En esa oscuridad perpetua, Elias y Lupa marcharon hacia adelante, hacia un futuro incierto, donde la esperanza se desvanecía lentamente.
invitto a @starmanmdq