En casa se detuvo el tiempo, no una, ni dos, sino tres veces, mostrándonos que nada importa, que todo pasa, lo bueno y lo no tan bueno, que la vida no irá ni más rápido ni más lento, que, aunque quisiéramos que algunas veces el tiempo pasara volando y que otras se detuviera, nada de eso pasará, porque le tiempo seguirá a su tiempo, un tic tac a la vez.
El tiempo de felicidad lo vemos pasar volando y el tiempo de lagrimas se hace una eternidad, y perdemos el tiempo de felicidad pensando en un pasado que no regresará y en un futuro incierto que aun no llega; mientras que el tiempo de lagrimas nos ahoga el presente y no nos permite ver mas allá, al final, el tiempo sigue pasando y nosotros sin darnos cuenta que lo hemos perdido y no lo recuperaremos jamás.
El tiempo se detuvo en casa y ahora vivimos como si no hubiese tiempo, sin preocuparnos por las horas, los minutos o los segundos, solo nos ocupamos en vivir y disfrutar lo que la vida nos brinda hoy, sin prisa, sin apuros, ignorando el tiempo.
Las imágenes son de tres relojes que hay en mi casa, casualmente ninguno funciona y cada uno es de una época diferente en la familia, cada uno tiene sus recuerdos, es por ello que siguen adornando las paredes y sin dar el tiempo, nos recuerdan otros tiempos vividos, donde fuimos y ya no somos.
Esta es mi participación en el concurso del amigo @adeljose, quien nos invita una vez más a jugar a ser fotógrafos, anímate a participar, acá te dejo el enlace
Invito a los amigos @zhanavic69, @xaske y @ositomoso
Gracias por leerme, te deseo salud y bienestar; además de éxito en todos tus proyectos de vida.
Las imágenes son de mi autoría, captadas con mi celular Infinix Smart 8 Pro.