Dato curioso del día / El que a buen árbol se arrima

enrisanti -


Paseo Orinoco, Ciudad Bolívar (foto de mi propiedad)

Me tocó en el día de hoy salir a la calle casi al medio día, justo cuando el sol le cae a uno como si le estuvieran echando encima un balde de tizones, pero, cuando me tocó atravesar cierto trayecto por donde los árboles generosamente hacen las veces de sombrillas, me acordé de los tiempos en que me tocó viajar a lo largo de la carretera del estado Guárico, donde me encontraba con algunos lotes de carretera igualmente sombreados por el bosque que se desarrolla hacia los lados de la vía.

Lo cierto del caso es que, una vez que usted penetra bajo la sombra de los árboles, la temperatura cambia, y eso se convierte en un alivio, pues la carrocería de tu carro y el interior se refrescan. De igual manera, cuando caminas al medio día por una ciudad de sol infernal como Ciudad Bolívar y de repente te encuentras con área cobijada por los árboles, no te queda de otra sino dar gracias a la sagrada Providencia.

Lo anterior nos indica claramente que los árboles o las áreas verdes de las ciudades, además de que sirven de adorno, son también reguladores efectivos del microclima. Lo que sabemos a ciencia cierta (sin que seamos científicos del otro mundo) es que el asfalto y el cemento de las ciudades absorben calor; por lo tanto, no es cosa rara que si usted coloca un termómetro sobre el piso de la calle a golpe de la 1 pm, es probable que el instrumento dé como resultado unos 45°C; mientras que si lo colocas bajo la sombra obtengas unos 27°C. Una diferencia notable.

En conclusión, en las ciudades tropicales las áreas verdes son elementos más que necesarios.

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