Me marcho. Ni siquiera me quedan palabras para despedirme. Convertiste mi vida en el resumen de un telegrama.
Confieso que realicé varios textos antes de llegar a este que les he presentado. Por lo general, antes de disponerme a escribir, voy creando mentalmente, con anterioridad, la historia o las ideas de lo que intento llevar a cabo; el proceso de gestación y la posible estructura se van forjando en los pensamientos y, al igual que todo, algunas veces todo fluye muy rápido y en otras ocasiones se tarda mucho tiempo en alcanzar un trabajo que me deje satisfecho.
Al principio, no tenía claro hacia dónde iba. De acuerdo con las instrucciones, debía ser un telegrama divertido y eso complicaba mucho más las cosas. El primer texto que consideré digno de publicar fue este: Me voy, ya no quiero estar en tu paraíso. Jamás pensé que te comerías la serpiente. Pero lo deseché porque se inmiscuía en lo religioso y no me pareció adecuado que fuese tan breve. Luego surgió este otro: Nunca me quito los lentes cuando voy a dormir, por si acaso sueño que me envías un telegrama. Tampoco me gustó, debido a que me sonaba demasiado garciamarquiano, además de que no se parecía en nada a un telegrama.
Lo que sí me gustó de ese último era que nombraba el tipo de texto que intentaba escribir y supe que ese era el camino para buscarlo. Hasta que logré redactar ese que, según mi dudosa subjetividad, podría cumplir con los requisitos exigidos en esta tarea.
Tu presencia me aturdía. Los dos cirios que parpadeaban en tu rostro me conducían hacia una desenfrenada irrealidad donde se calmaba la placentera fiebre de mis deseos. Mi cama vacía conserva aún las mentiras de tu aroma y tu calor que cada noche se disfrazan de verdad.
El poema se divide en tres partes, de acuerdo con el mensaje que transmite. En la primera de ellas expresa el deseo, las manifestaciones sensoriales del placer supremo. La segunda se centra en la ausencia de ese ser humano cuya extrema pasión dejó sus huellas en la habitación, sobre todo. Y la última parte, como cierre o conclusión, es el reconocimiento del daño causado por la inconstancia de aquel amor que ahora disfruta otra mujer.
Una vez que reconocí la estructura, busqué las palabras para condensar esas ideas. La primera frase ("tu presencia me aturdía") la tomé textualmente del poema, para cumplir con una de las indicaciones. Luego apelé a la vieja metáfora de "los dos cirios", con el fin de significar el fuego de la mirada y lo demás fue relativamente fácil... hasta que llegué a lo que debía ser el desenlace; no encontraba cómo hacerlo para que pareciera contundente. Y lo único que se me ocurrió fue disfrazar las mentiras de verdad, porque percibí que la voz lírica deseaba todavía esa amor ausente.
I am leaving. I don't even have words left to say goodbye. You turned my life into the summary of a telegram.
I confess that I have written several texts before arriving at the one I have presented to you. Usually, before getting ready to write, I mentally create, beforehand, the story or the ideas of what I intend to carry out; the process of gestation and the possible structure are forged in my thoughts and, like everything else, sometimes everything flows very fast and sometimes it takes a long time to reach a work that leaves me satisfied.
At first, it was not clear to me where I was going. According to the instructions, it had to be a funny telegram and that made things much more complicated. The first text I considered worthy of publication was this one: I'm leaving, I don't want to be in your paradise anymore. I never thought you would eat the snake. But I discarded it because it meddled in the religious and I did not think it was appropriate for it to be so brief. Then came this one: I never take off my glasses when I go to sleep, in case I dream that you send me a telegram. I didn't like it either, because it sounded too Garciamarquian to me, and it didn't resemble the text of a telegram at all.
What I did like about that last one was that it named the type of text I was trying to write and I knew that that was where I should look for the definitive text. Until I managed to write the one that, according to my doubtful subjectivity, could fulfill the requirements demanded in this task.
Your presence stunned me. The two candles that flickered on your face led me to an unbridled unreality where the pleasurable fever of my desires was calmed. My empty bed still preserves the lies of your scent and your warmth that every night disguise themselves as truth.
The poem is divided into three parts, according to the message it conveys. In the first one, it expresses desire, the sensorial manifestations of supreme pleasure. The second focuses on the absence of that human being whose extreme passion left its traces in the room, above all. And the last part, as a closing or conclusion, is the recognition of the damage caused by the inconstancy of that love now enjoyed by another woman.
Once I recognized the structure, I looked for the words to condense those ideas. The first phrase (“your presence stunned me”) was taken verbatim from the poem, to comply with one of the indications. Then I appealed to the old metaphor of “the two candles” in order to signify the fire of the gaze and the rest was relatively easy.... until I got to what was to be the denouement; I couldn't figure out how to make it seem forceful. And the only thing I could think of was to disguise the lies as truth, because I sensed that the lyrical voice was still longing for that absent love.
Translated with DeepL.com (free version)
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